Napo. Tungurahua. Pichincha. Manabí

Ecuador es el país perfecto para aquellos que gustan de subir la adrenalina hasta niveles extremos. Con un clima que puede variar desde temperturas bajo 0 °C hasta los 45 °C, el país es apto para deportes extremos como los de este capítulo de EATA.
Debido a la fuerza de la corriente de los ríos de la amazonía, la práctica de rafting es ideal. Este deporte consiste en recorrer el cause del río en una balsa inflable con la ayuda de remos; para ello, es necesiario contar contar con estricto equipo de seguridad, que consiste en un salvavidas, casco, cuerdas de rescate y silbato, además de saber nadar en caso de emergencia. Pero si se quiere algo más tranquilo, pero no menos emocionante, se puede realizar tubbing, que consiste en descender por los rápidos del río en tubos de neumático.
En Baños de Agua Santa, una de las ciudades con más opciones de deportes extremos, se puede practicar cayoning. Esta actividad consite en descender por un cañón sin más instrumentos que su propio cuerpo, equipo básico de seguridad y cuerdas, en el caso de ser necesario. Es importante ir con un guía que conozca el cañón y que indique cuándo es necesario nadar, saltar y superar obstáculos.
Pasando a un clima más frío en el Callejón Interandino, la bicicleta es una gran opción para desfrutar del paisaje y, de igual manera, sentir la adrenalina ascender. Se pueden alquilar bicicletas y descender las faldas de los Ilinisas, siempre asegurados con cascos.
En la costa ecuatoriana, una buena manera para disfrutar el paisaje es practicar la emocionante y segura actividad del canoping. Este deporte consiste en deslizarse por cables con la ayuda de un equipo de arneses, guantes, poleas y casco. Cerca del parque Machalilla, en la provincia de Manabí, es un gran lugar para disfrutar de este deporte.
Uno de los deportes más emocionantes es el parapentismo. En la playa de Los Frailes, se puede desfrutar del mar, la playa y las montañas desde el aire. Siempre acompañados de un profesional, se puede volar hasta 30 minutos debido a las corrientes de aire caliente que chocan con las peñas del lugar.