Mangahurco. Loja. Ecuador.

A 7 horas desde Guayaquil y a no menos de 14 desde Quito, se encuentra Mangahurco, un poblado con apenas 1 500 habitantes. Como atrapados en el tiempo, pues la tecnología aún no ha llegado al lugar, este sitio es hogar de fabulosos personajes llenos de vitalidad, sencillez y de historias.
Lo que principalmente caracteriza a Mangahurco es un evento natural que dura apenas una semana en todo el año. Se trata del florecimiento del árbol del Guayacán, que en 40 mil hectáreas de bosque seco, viste de amarillo a la zona, al inicio de la temporada invernal.
Después de 6 u 8 días, las flores caerán en el piso, y lo cubrirán de un manto amarillo que sirve de alimento para las cabras y hormigas. Debido a su resistente madera y al extracto que sirve para enfrentar el paludismo, el guayacán es una de las especies vegetales más perseguidas.
El árbol de guayacán crece de 0 a 1000 metros sobre el nivel del mar, y a partir de esa altura, el rey del bosque seco es otro, el gigantesco ceibo. El algodón de ceibo se usa para hacer almohadas, pero su madera no es buena, lo que ha salvado a este gigante de la tala que han sufrido otras especies.
Mangahurco amanece con el trinar de cientos de ruidosas aves en su pequeño y bien cuidado parque. Como en toda la provincia de Loja, la producción de café es una de las mejores de todo el país, la es siempre un buen acompañante para su deliciosa gastronomía.