Nos cuenta Maria Sol, propietaria del Café de la Vaca, que había un viejo establo en Machachi donde las vacas se reunían a tomar café todas las tardes mientras rumeaban sus alegrías y sus ilusiones. De esta leyenda nacio el Café de la Vaca para disfrutar de todo lo bueno que nos ofrecen estos singulares cuadrúpedos un concepto cuyo éxito tiene ya más de 10 años.